domingo, 24 de agosto de 2008

Equilibrio

Bajaban del tren y caminaban, siempre igual, no juntos pero juntos, no conocidos pero conocidos, calculaban los pasos para coincidir en los semáforos. Un día la escucho pedir disculpas, y soñó meses con su voz, peleándose con su consciencia que exageraba con la dulzura.

Y así años, les bastaba con mirarse. Romper el silencio de la eterna noche los aterrorizaba y a la vez los intrigaba. Estupido humano que inventaste la luz. No nos permitiste amarnos en la oscuridad, tocarnos y dibujarnos los contornos, olernos y saber que no hay nada más.

Encontraron el equilibrio perfecto. No son un medio, son un fin. La costumbre no los puede acorralar, la incertidumbre de bajar y que el otro no este los mantiene vivos. Y ya lo saben, ya saben que se conocen más que a sus propios amigos y familiares.

1 comentario:

Pablo dijo...

haber leido este texto me da a entender algo asi como la ausencia del dualismo en el amor..
que poca falta hace a veces
un abrazo